Qué poco me queda si Dios quiere de llevar estos gorritos. El invierno comienza a alejarse tímidamente y, aunque todavía hay días de frío, no es muy normal ir por la calle con gorritos. Y me encantan, los voy a echar de menos, aunque mi pelo no tanto, jajaja.
on my black booties
29 enero, 2019